Qué agradable es entrar por la puerta y darte cuenta de que tu casa huele de maravilla (piensa en notas de árbol de té, cítricos y extracto de vainilla), en lugar del olor persistente de la cena de anoche (asco). Aunque hoy en día parece que el mundo del bienestar se divide a partes iguales en el equipo del palo santo o el equipo de la salvia, que levante la mano quien siga creando el aroma característico de su santuario con ambientadores comprados en la tienda o encendiendo una vela.
No estás solo, pero hay algo que debes saber: Aunque ninguno de los dos es peligroso en pequeñas dosis, ambos tienen sustancias químicas fuertes y tóxicas que pueden agravar las alergias, causar problemas cutáneos y tener otros efectos nocivos para la salud y el medio ambiente. Por eso, si utilizas ambientadores con regularidad para limpiar el aire de tu casa, merece la pena invertir en alternativas naturales y no tóxicas. Mejor aún, puedes crear tus propias recetas de ambientadores a las que volver una y otra vez.
Tomar las riendas de la aromatización de tu casa es una forma sencilla y rentable de mantenerla fresca. Y no es tan difícil como crees. Todo lo que necesitas son unos cuantos ingredientes caseros, como bicarbonato de sodio que absorbe los olores, alcohol para fricciones, canela en rama, aceites esenciales que harán que tus ambientadores sean una aromaterapia beneficiosa para la salud, frutas energizantes con fragancias naturales, como los limones, y algunas instrucciones fáciles de seguir con Den Fragances. ¿Listo para empezar?
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Caldero de mango y nuez moscada
Esta es una forma fácil de hacer que toda tu casa huela de maravilla: Llena una olla pequeña con agua, añade mango, nuez moscada, canela y vainilla. Después, deja que la mezcla se cocine a fuego lento durante unas horas o más. Sencillo, ¿verdad? Si no te gusta la combinación anterior, puedes elegir entre docenas de recetas a fuego lento; otra de tus favoritas es con romero, una cucharadita de vainilla y un par de rodajas de limón. Da rienda suelta a tu creatividad e inventa la tuya propia, o consulta DIYNatural, que sugiere otras estupendas recetas de temporada. Puedes embotellar el aroma de tu firma en un tarro de cristal o en otro recipiente rústico y volver a echarlo más tarde cuando tu casa necesite un poco de fragancia. Incluso puedes verterlo en un pulverizador y rociarlo por todas las habitaciones.
Bloques de madera perfumados
Utiliza unos pequeños bloques de madera sin barnizar y cúbrelos con tu aceite esencial favorito combinándolos en un tarro de albañil sellado durante la noche. La madera absorberá el aroma, creando una fragancia duradera que puedes guardar en el coche debajo del asiento, debajo de la cama o en el baño.
Ambientador en bolsita de tela
Las bolsitas son un ambientador perfecto y portátil que puedes llevar al coche o a un armario para evitar que se llene de moho. Utiliza bolsitas de tela ligeras con un cordel en la parte superior. Rellénalos con conos de incienso, especias o bolitas de algodón con unas gotas de aceite esencial. ¿Un cajón de leggings que huele como un campo de lavanda en la Provenza? Sí, por favor.
Ambientador de bicarbonato
Otra forma fácil de hacer un ambientador es utilizar un tarro pequeño, 1/2 taza de bicarbonato de sodio y un aceite esencial de tu elección. Pon el bicarbonato en el tarro y añade de 15 a 25 gotas de tu esencia favorita. Vuelve a tapar el tarro y agítalo varias veces para mezclarlo. Puedes dejar el tarro abierto o sustituir la tapa interior por papel perforado unas cuantas veces para que circule el aire.
Difusor de aceite casero
Para hacer un difusor de aceite casero, elige un tarro de cristal decorativo y añade 1/4 de taza de agua caliente del grifo y 1/4 de taza de alcohol. A continuación, añade entre 20 y 25 gotas de aceite esencial y mezcla los líquidos.
Corta las puntas de algunas brochetas de bambú o utiliza cañas difusoras y déjalas en remojo durante varias horas. A continuación, cámbialas de sitio y remoja el otro extremo. El alcohol evaporado hará que el aroma suba por los palos de bambú o las cañas. Puedes añadir más aceite y agua cada pocos días para mantenerlo fresco.